Sin miedo a nada

Si bien es cierto hemos pasado por una pandemia (Covid 19), que nos ha afectado a todos en general en todo el mundo; cambiando nuestra forma de pensar y nuestra forma de vivir particularmente, siendo víctimas mayormente del miedo por lo que nos podría suceder; pero es en realidad el temor lo que más nos ha afectado, no solo ahora sino podríamos decir desde siempre. El miedo que es una pandemia que siempre ha existido y en la que sin darnos cuenta hemos vivido siendo víctimas  de ella.

EL temor o miedo nos paraliza, nos detiene y no nos permite avanzar o alcanzar nuestras metas o sueños. En la Biblia encontramos que lo que invadió a Adán después de comer del fruto en el huerto, fue el miedo, por lo que se escondió de Dios. Génesis 3:10. El miedo siempre ha afectado al ser humano, y es la ausencia de Dios o la falta de confianza en Dios la que hace que el temor nos gobierne.

Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Ahora podríamos decir: ¿Viviremos atemorizados toda la vida? O ¿podemos salir de esta condición? Génesis 3:10 | RV1960

Realmente por nosotros mismos difícilmente podríamos salir de esta condición, solamente Dios puede liberarnos de todos aquellos miedos o temores que nos acechan a medida pongamos nuestra confianza en El.

Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”. Josué 1:9 | NTV

Las consecuencias del temor nos condicionan a vivir sin metas, atormentados, desanimados, sin esperanza y lejos de lo que Dios tiene para nosotros;  por lo tanto no permitamos que el miedo nos detenga para cumplir la voluntad de Dios ni permitamos que nuestros temores condicionen nuestra vida; debemos de ser cuidadosos de no dejarnos influenciar ni afectar por las noticias o voces que están a nuestro alrededor, si bien es cierto pueden afectarnos; pero somos nosotros los que decidimos en realidad si viviremos atemorizados o confiados en las promesas que Dios nos ha dado.

Vivirás en paz y protegido por Dios; dormirás confiado y lleno de esperanza, sin miedo a nada ni a nadie, y muchos querrán ser tus amigos. Job 11:18-19

Tenemos nuestra esperanza viva, que es Cristo Jesús que nos anima a vivir confiados, por lo tanto, no tenemos porque vivir atemorizados.

El Señor es mi luz y mi salvación. ¿A quién podría yo temerle? El Señor es la fortaleza de mi vida, así que no le temo a nadie. Aunque los perversos me ataquen y traten de destruirme, aunque mis enemigos me ataquen, serán ellos los que tropiecen y caigan. No tendré miedo, aunque todo un ejército me rodee. Confiaré en Dios aunque me declaren la guerra. Salmos 27

Dios nos ha prometido que estará a nuestro lado para hacerle frente a todas aquellas cosas que puedan levantarse en contra nuestra, por lo tanto estando Dios podemos decir confiadamente que con EL vivimos: Sin miedo a nada ni a nadie.